Desnudos con Tunick

Gracias a dos miembros de esta comunidad, bautizados corresponsales desde el lugar de los acontecimientos hemos podido entender la sensación que tuvieron ese grupo de más de 1500 venezolanos que se unieron para crear una peculiar imagen de arte en Caracas. La intensidad da cada relato, lo que sintieron, las risas, los nervios, la sensación de haberse liberado de un prejuicio, en fin todo lo que les pasó por su mente a Eva Marie y René.

miércoles, marzo 22, 2006

René

Llegué solo y con poca ropa al sitio, de pronto me sorprendió gratamente la recepción que me dieron los organizadores del evento.

A mi mas que el hecho de preocuparme por estar como dios me trajo al mundo en pocos minutos, me dabas vueltas en la cabeza el riesgo a perder mi ropa, que aunque viejita es ropa de uno vale. De todas formas había dejado en el carro una muda de contingencia por si los cacos.

Ya en el sitio, 5:00 AM, Spencer ya se mezclaba con la gente, nos saludaba, nos agradecía por estar allí, vestido negro y megáfono en mano, caminaba entre la gente, organizaba a su equipo de apoyo, escrutaba el sitio, la urbanidad, las nubes, pero sobre todo le alegraba que ya llegaba la gente.

Poco a poco me fui trasladando al lugar donde nos concentraríamos para desnudarnos y comenzar con la sesión de fotos. Un par de colaboradores del artista, traducían sus instrucciones, nos indicaron que llegado el momento nos desnudáramos todos a la vez, crecía de esta forma mi expectativa.

En la espera compartí con mucha gente que no conocía, tomamos café, compartimos una botellita de agua, hablábamos sobre la emoción de estar allí. Pude ver que amigos que repentinamente se encontraban se abrazaban, se felicitaban por estar allí.

Tenía tiempo que no veía personas tan contentas, con ojos tan vivos, sonrisas esplendorosas, manos que se estrechaban fuertemente y sobre todas las cosas mucho respeto.

Finalmente llegado la orden del artista, procedimos a desnudarnos, yo como llevé poca ropa sólo tuve que desprenderme de un abrigo, un traje de baño y de unas cholas mas viejas que el carrizo.

Todos a mi lado hacían los propio, la emoción al máximo, se siente algo inexplicable durante los primeros 3 minutos, pero les puedo decir que ya cuando has caminado unos cuantos metros con el grupo, es como si la desnudez no importara nada, el sentimiento de liberación es tal que estas a otro nivel, estas por encima de todas las cosas, es una especie de bendición de Dios estar allí, sientes que perteneces a una comunidad donde no hay nada que te estorbe ni que te moleste.

Luego lo que vino fue seguir las instrucciones del artista, cooperar lo mas posible con él para que desarrolle su obra, me percaté que los detalles son importantísimos para el, su trabajo es fuerte, demanda mucho de su propia gente y de nosotros, le importa que todo este en su preciso lugar y momento. Para el instante del clik final todo debe estar en perfecta armonía.

Bueno amigos, fui parte de esta experiencia, les cuento que es liberadora, espiritual, reveladora, es como volver a nacer, cuando llegas a casa eres otro el que pasa por la puerta y además mi ropa no se perdió.

Si se presentase la oportunidad nuevamente estaré allí de nuevo, ojala estuvieras tu también.

Felicito a todos los que participamos en la instalación de Spencer Tunick, tenemos una gran historia para nuestra descendencia, ya pertenecemos a otra dimensión.

Un abrazo.

René

Gracias amigo. Yara
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